En un paseo reciente por el Parque Pacific Spirit de Vancouver, los amantes de los animales Terry Sparrow y Krista Brisk encontraron algo que les entristeció. Mientras tiraba su chicle, Sparrow notó una figura moviéndose dentro del cubo de basura. Al principio, supuso que era una ardilla o un mapache. Pero luego, Sparrow miró más de cerca y se dio cuenta de la verdad: había un perro marrón y peludo enterrado bajo la basura.
Es desgarrador, y me alegra haber estado allí en el momento justo. Todavía estoy en shock. ¿Quién tiraría a un perro tan hermoso a la basura?
Brisk y Sparrow sacaron al cachorro de la basura y empezaron a buscar ayuda. A la mañana siguiente, contactaron con la rescatista local de perros, Laurie Schildt, quien aceptó ayudar a acoger al perro y coordinar su cuidado.
Schildt recordó el momento con la voz cargada de emoción. “Una oleada de angustia y rabia me invadió de golpe”, dijo. “En ese instante, supe que no había vuelta atrás: dedicaría toda mi fuerza, tiempo y recursos a asegurarme de que recibiera la ayuda que tanto necesitaba”.
Los veterinarios de Canada West Veterinary Specialists examinaron al perro y descubrieron que sufría varias lesiones, incluyendo costillas rotas, una pata rota y una cadera dislocada. El resistente cachorro estaría bien, pero le esperaban muchas cirugías y un largo camino de recuperación. Por suerte, Schildt planeó estar a su lado todo el tiempo. El rescatista lo llamó Oscar, en honor a Oscar el Gruñón, como un guiño a su historia.
“Oscar se ha adaptado de maravilla a mi hogar”, dijo Schildt. “Es un niño muy cariñoso y me impresiona cada día su resiliencia, sobre todo por lo que ha pasado”.

La historia de Oscar llegó a decenas de miembros de la comunidad y seguidores en redes sociales, quienes donaron miles de dólares para la terapia y la atención médica del cachorro. Schildt está muy agradecido con todos estos colaboradores, especialmente con los veterinarios de Canada West Veterinary Specialists, quienes se ofrecieron a cubrir una parte de los gastos del cachorro.
Ahora es evidente que el viaje de Oscar se encamina con paso firme hacia un final feliz y merecido. ¿Y lo mejor? Su búsqueda de un hogar definitivo ya ha terminado, porque lo ha encontrado en los brazos amorosos de quienes lo apoyaron desde el principio.
“He decidido adoptar a Oscar para que su futuro esté lleno de amor y felicidad”, dijo Schildt. “Nunca más volverá a sentir dolor ni a tener miedo. Estoy enamorada de este pequeñín. Me ha robado el corazón. Espero con ilusión nuestro futuro juntos con mi manada”.



