Era esto. Lo que esperaba el madridismo desde hace años, y especialmente desde la confirmación de su fichaje el pasado verano. Kylian Mbappé abrió la caja de los truenos para remontar a puro fútbol la ventaja inicial de Las Palmas y conducir la victoria incontestable del Real Madrid, nuevo líder de LaLiga. Quién lo iba a decir, con toda la crítica que ha caído en siete días, los transcurridos desde la Supercopa. El Madrid ofreció a su gente la mejor actuación de la temporada. Con Ceballos en la medular, aclamado por el Berbabéu. Sin Tchouaméni. Y sin Vinicius. Datos.
Pocos inicios de partido son tan mentirosos como este. Las Palmas sacó de centro y regaló una jugada memorable, tocando desde la derecha, con Moleiro recibiendo en banda, tirando la diagonal hacia dentro, pivotando con Fabio Silva, abriendo a Sandro para que sirviera un centro exquisito, de rosca, al que acudió el portugués para coronar el tanto.0-1 en 28 segundos amarillos en los que el Madrid ni olió la bola.
Hubo algún pito como reacción del personal. A Lucas Vázquez, por recibir el gol a su espalda. Como en la Supercopa. Bien sabe el gallego que en la Casa Blanca de nada sirve el historial de sacrificio para adaptarse durante un par de lustros a donde se le pida. El caso es que el Madrid apenas sintió el golpe porque encontró salida. Fue por el costado de Rodrygo, que hurgó como extremo izquierdo con esa conducción suya tan fina para servir el empate a Brahim. El malagueño falló de manera inexplicable.
Pese a los cinco centrocampistas, a Las Palmas le costó encontrar a Moleiro salvo en una salida de inicio, pero no tuvo tiempo a sentirse cómodo con la ventaja. Rodrygo entró en área, quebró eléctrico y Sandro picó. Penalti. Mbappé cogió el balón, desafió a un parapenaltis consumado como Cillessen y le batió por el lado izquierdo.
Como si el acierto descorchara la botella, todo el talento de Kylian Mbappé se derramó sobre el Bernabéu, que asistió a la exhibición con la boca abierta. Le sacó una Cillessen de la escuadra. El meta también despejó otro remate duro que despejó sobre el lateral donde acudió Lucas para regalar el tanto a Brahim. Sacrificado y generoso Vázquez. Combinó con Rodrygo en el tercero, coronado por el francés a la escuadra. Y pudo irse con el triplete al descanso si no le hubieran anulado el tanto por un fuera de juego milimétrico, en el origen de la jugada. De los de ahora. En fin. Se cerró el primer acto con otra acción incontenible, rematando el centro atrás de Valverde al poste por fuera. El Mbappé que asombró a Europa. Un futbolista ingobernable.
El desanso invitó a Diego Martínez a minimizar daños. Retiró a Herzog por Benito, que no tuvo su tarde. Bajó el ritmo el Madrid, pero sin sufrir. Por la escasa resistencia de Las Palmas, cierto es, pero también por las prestaciones notables de Ceballos, de Fran García, de Raúl Asencio. De los meritorios. Ceballos dejó solo a Bellingham ante el portero con un pase de delineante. Jude eludió al meta pero se quitó ángulo y remató al lateral de la red. El cuarto estaba al caer. Entró Fran García por izquierda, sirvió atrás y Rodrygo cobró la pieza.
El partido cayó de revoluciones, pura lógica. Salvo para Benito, que se pasó de frenada y clavó los tacos en el costado de Lucas. El VAR corrigió a Quintero, que había sacado amarilla. Expulsión. Quien no se desenchufó fue Dani Ceballos, extraordinario en todas las facetas: Distrubución, recuperación, posición, coberturas… El Santiago Bernabéu detectó el partidazo del utrerano y, después de corearle en dos ocasiones, le despidió puesto en pie al ser sustituido. Repitió la imagen producida minutos antes al recibir a David Alaba, 13 meses después de caer lesionado ante el Villarreal.
La goleada aumentó en dos ocasiones más, pero el VAR corrigió a Quintero de nuevo, desafortunado.Se fueron al limbo por fuera de juego dos goles más de Valverde, el segundo de ellos imponente, por fueras de juego. También ignoró el colegiado un penalti claro a Rodrygo. Por reseñarlo, que después sólo parecen constar los errores a favor blanco. La tarde fue tan plácida que Ancelotti concedió minutos a Chema y Lorenzo. Pocos, claro. Lo que le cuesta al italiano dar bola a los muchachos. En fin, se quedó una tarde perfecta para recuperar el liderato. En LaLiga manda el Madrid.
