Es realmente desgarrador ver la difícil situación de este perro, que una vez sirvió fielmente a su familia y ahora se encuentra abandonado cuando más los necesitaba. Se estima que tiene unos tres años, y sus ojos revelan el dolor y la confusión que ha padecido.
Lo descubrieron durante una distribución de comida callejera, solo en un garaje vacío que alguna vez debió haberle resultado familiar, pero que ahora le parecía aterrador y extraño.
Ciego, perdido y desesperado, se aferró a la esperanza de que sus dueños regresaran, una esperanza que lamentablemente nunca se materializó.
Logramos ofrecerle alimento y consuelo, convenciéndolo de aceptar la seguridad que le brindamos. Bajo nuestro cuidado, recibió la mejor atención posible; sin embargo, su frágil cuerpo sufría de parásitos sanguíneos, anemia y una grave afección cutánea, lo que hacía que el tiempo fuera crucial para su recuperación.
Mientras nos apresurábamos a curar sus heridas físicas, pruebas posteriores revelaron úlceras oculares que amenazaban su visión. Diariamente le administrábamos atención, medicación y rehabilitación, aunque su futuro seguía siendo incierto.
Con el apoyo de nuestra comunidad, emprendimos un viaje para darle a este adorable perro la segunda oportunidad que se merece. Estamos profundamente agradecidos por la amabilidad y generosidad que le han demostrado.
Aunque su salud aún es delicada, está progresando y se fortalece día a día. Su carácter cariñoso se hace evidente, testimonio de su espíritu resiliente.
Mientras seguimos cuidándolo, esperamos con ilusión el día en que encuentre una familia amorosa a la que pueda llamar suya. Una familia que lo cuide y le brinde la vida maravillosa que se merece. Dejaremos el honor de ponerle nombre a su nueva familia, símbolo del vínculo que sin duda crecerá entre ellos.




